DÍAS SIN TI




Charlas con un amigo, conocido, o cualquiera con el que te cruzas por la calle, intercambias unas impresiones y al momento detectas si esa persona te entiende, si capta de buenas a primeras lo que le estás contando, y viceversa, vamos si estáis en la misma onda. Que ambos  disfrutaseis de la televisión en blanco y negro ayuda al entendimiento. 
Algo parecido sucede cuando empiezas un libro. Percibes esa conexión y  rápidamente sabes si empatizas o no con su autor. En Días sin ti, sintonizar con la Srta. Sastre resulta complicado, casi una misión imposible. Ni su relato ni sus personajes se sostienen. La "prueba del algodón" definitiva es que al terminar el libro olvidas rápidamente lo que te ha contado, es decir, por una neurona me entra y por otra me sale. ¿Qué cuenta? ¿De qué trata el libro? Básicamente de amor. Poco más. Actualmente emiten en televisión un anuncio de pizzas precocinadas donde aparece una sacrificada madre que, por motivos laborales, debe trasladar a toda su familia. Cobra especial protagonismo una de sus hijas, preadolescente y prediabólica, quien  expresa el malestar que le provoca dejar atrás su antigua casa a grito pelado: "estoy in love con esta casa". Está claro que esta prepersona no tiene ni idea ni de lo que es una casa y mucho menos del amor. Pues bien, más o menos la misma sensación me provoca este libro y lo que cuenta su escritora. 
Relata, en demasiadas páginas para mi gusto, su visión pueril del amor y lo detalla capítulo tras capítulo hasta la saciedad con un entramado de frases y reflexiones poéticas, algunas remarcables en positivo, pero en muchas ocasiones sin venir a cuento.Cuando entras en una librería puedes apreciar facilmente que la literatura infantil, juvenil y adulta están separadas: no es casualidad. El relato de una novela dirigida al público juvenil conserva todavía ese fino plástico protector que envuelve siempre las cosas nuevas, de esta manera se protege al joven lector de las verdades de la vida (buenas o malas). Esta novela no está catalogada como juvenil, al menos que yo sepa, pero debería. Tal vez así podría considerarla una novela medio buena. Sin embargo, su autora, aún estando "in love con este libro", ha pretendido (sin éxito) disfrazarla de novela adulta y madura. Para conseguirlo (intentarlo al menos) ha entrelazado dos historias: una contemporánea y otra, más lejana en el tiempo, ambientada en los peores años de la guerra civil española. Ambas historias discurren paralelas en el libro sin ningún nexo en común aparte del parentesco de sus protagonistas: abuela y nieto;  pero el resultado ha sido parecido a cuando una niña pequeña se calza los zapatos de su madre para mirarse en el espejo y verse mayor, es decir, nada. También me gustaría destacar que el tema memoria histórica le queda grande. Pienso que pretendía, además de madurez, darle relevancia social a la novela. 
La novela gira y gira como una peonza permanente sobre el amor y el desamor. Centrándome en la historia de amor contemporánea (la del nieto) debo decir que, tal como la cuenta, ha terminado con mi paciencia. Está a años luz de expresar o como mínimo narrar lo que es el amor y el desamor. 


Comentarios

Entradas populares