CANDELA
El argumento abarca multitud de temas ya tratados en montones de libros que he leído en los últimos meses: soledad, crisis de mediana edad, pérdida de seres queridos, familias desestructuradas, vejez, y algún otro más que no desvelaré. Pero al contrario que en otros libros donde parece que últimamente todo se explique desde un realismo y un desaliento algo exagerado, en Candela existe una positividad y una luz que te acompaña desde la primera página y no te abandona hasta el final. Te contagia alegría y optimismo. Y no recurre a artimañas filosóficas tan manidas últimamente ni abusa de típicas frases de autoayuda muchas veces carentes de forma y fondo. Utiliza un positivismo puro, real como la vida misma, que te provoca cercanía y empatía. Me ha resultado difícil leerlo sin pensar continuamente en el personaje de Raimunda de la película Volver de Almodóvar: una de mis películas favoritas. Tanto en el transcurso de la lectura como al final, el libro me ha sacado una sonrisa, me ha dejado muy satisfecho y ha conseguido hacerme feliz durante los dos días que he ocupado en leerlo. He podido compartir las alegrías y tristezas con sus personajes como si fueran las de alguien cercano a mí.
No cuenta nada nuevo pero lo cuenta como si lo fuera y con mucha naturalidad.
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