LO MEJOR DE IR ES VOLVER


Leer a Espinosa es como ver un partido de fútbol o un debate electoral: sabes lo que va a pasar y lo que se va a contar. Es difícil mostrar sorpresa a menos que seas muy fan y seas capaz de encontrar matices diferentes sobre lo ya contado mil veces en sus novelas anteriores.
Tanto la tipografía utilizada como el espaciado de los capítulos continúa utilizando el estilo propio de Espinosa que yo llamaría "bolsa de patatas fritas": poco contenido pero mucho continente. La literatura no merece ser tratada como un mercadeo de letras a granel. Abarcar en 240 páginas lo que cabe perfectamente en 100 viene a ser como vender aire e intentar justificar los casi 18 euros que cuesta la edición. No debería exceder de 12 euros y puede leerse en una tarde. Mención aparte merece la portada, creada expresamente para captar incautos compradores de Sant Jordi, y así ha sido porque finalmente he podido comprobar que encabeza la lista de los más vendidos en la pasada jornada floral. 
Espinosa imagina y describe en esta novela un futuro lejano donde la diada de Sant Jordi se transforma, muy a pesar suyo, en una jornada promovida y dominada por las grandes corporaciones hollywoodienses que, además de rebautizarla como Bookflowerday, la universalizan con sus películas restándole su encanto original. Añadir que ese mismo futuro que profetiza Espinosa, donde además existe la desdicha de que la gente ya no lee, es muy probable que se acabe cumpliendo gracias precisamente a libros como este. 
Por otro lado, en positivo, debo añadir que el inicio del relato es original e incluso bastante prometedor. En los primeros capítulos la historia y cómo la cuenta me pareció interesante y a considerar. Bien desarrollado daría para una buena novela futurista pero transcurridos esos capítulos iniciales el interés desciende y aparece el Espinosa de siempre. 
Capítulo aparte merecen las referencias personales a su desmedida pasión futbolística y su especial forofismo por Messi metido en la novela con calzador. Sin olvidar el autobombo que realiza de un libro suyo antiguo, El mundo amarillo, que por lo visto es muy famoso en su hipotético futuro. 
Resumiendo: es un libro soporífero si previamente has leído toda la obra de Espinosa ya que no aporta nada nuevo y además la novela está estructurada en base a frases hechas de autoestima, autoayuda etc...., muchas de ellas sin venir a cuento.
Aprovechando el título...yo añadiría: lo mejor de haberlo leído es no tener que volverlo a leer.

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